En un encuentro caliente, me topé con Pistolinha, una enana argentina, en el corazón de Buenos Aires.Nuestra amigable pancarta se convirtió rápidamente en un salvaje revolcón, mostrando su insaciable apetito de acción hardcore.Este no era su encuentro promedio; era una experiencia cruda y sin filtros que nos dejó a ambos sin aliento.